Lo primero que hay que trabajar son las habilidades comunicativas. Tal y como dijo Albert Einstein “si no puedes explicarlo de manera sencilla, no lo has entendido lo suficientemente bien”. Es muy importante comunicarse de manera clara y concisa tanto con los trabajadores como con los clientes.
La segunda cualidad destacada de un creativo es ser una persona activa. Se trata de tomar la iniciativa y poner una idea en marcha. El resultado es la tenacidad y un grado saludable de impaciencia. El tercer rasgo de personalidad es ser capaz de solucionar los problemas. Consiste en encontrar nuevas soluciones o incluso saber ver las oportunidades dentro del problema.
La curiosidad es la cuarta cualidad de un buen creativo. “Juzga a una persona por sus preguntas más que por sus respuestas”, dijo Voltaire. Un alto nivel de curiosidad potencia otras grandes cualidades como la inventiva, ser emprendedor o intrépido. Por último, afrontar riesgos es la quinta cualidad. Intentar algo nuevo o que no se ha hecho nunca es una muestra de interés por el trabajo.
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